martes, 26 de abril de 2011

PROHIBIDO PASAR por José Ignacio y no dejar la huella en el parador del faro


Por Ana Carolina Palacios


El paradisíaco restorán de Playa Brava estuvo abierto todos los días hasta Semana Santa, pero a partir del 29 de abril sus puertas estarán abiertas únicamente los viernes, sábados y domingos.
  

 Sobre un médano con vista al mar, se impone el Parador La Huella. Una fascinante propuesta de Martín Pittaluga y Guzmán Artageveitía que combina la sencillez y el estilo propio.

   Rodeado de buena música, velas y aromas, se puede disfrutar de un ambiente cálido inmerso en un paisaje hipnotizante.

   ¿El menú? Para muchos, simple. Sin embargo, nadie puede negar que se trata de comida fresca y de calidad. Los platos incursionan por pizzetas, parrilla, verduras, sushi y pesca del día. Y resultan imperdibles las comidas hechas al horno de barro.

  La Sushiwoman, Alejandra Weisman, confiesa que para lograr un buen sushi el secreto está en el arroz, en no dejar que pierda la temperatura, en buscar la variedad de pescados, no sólo utilizar salmón, y en ponerle toques de hierbas como coriandro, eneldo, cilantro, o jengibre picado, ralladura de limón o alguna fruta. Asimismo, todas las piezas tienen wasabi, si no es como comer pollo al curry y que no tenga curry, dice Alejandra.

   Otra cosa que no se puede dejar de probar es el volcán de dulce de leche, que puede ir acompañado de un rico café o, para los gustosos del buen beber, de un trago frutal. Hay caipiroscas, daiquiris y mojitos, además de una variada carta de vinos.

   La Huella cada vez le gana más metros a la playa, ya que cada vez más son las personas que elijen este lugar para deleitar de una reunión de amigos, de negocios o en familia. Es preferido por figuras a nivel nacional e internacional. Es por ello que sería prudente realizar una reserva telefónica antes de ir, para no esperar largo tiempo en la entrada.

   Un lugar lindo, donde comer rico y lo mejor: atendido por sus dueños.

domingo, 24 de abril de 2011

Una tradición pagana: la rosca de pascua

Por Agustina Quiroga


Una de las costumbres culinarias pascuales son estos panes leudados en forma de gran rosca, similar a la de las donas, rellenos a veces de frutas abrillantadas, otras de chocolate, otras de nueces, entre muchos más. Sin embargo, este aperitivo no surgió a partir de la fiesta cristiana que se celebra en estos días, sino más bien por una tradición pagana.

  En su génesis, las roscas eran panes leudados que se servían en fiestas paganas que iban desde aquellas en las que se agradecía y pedía por la generosidad a la tierra a las festividades saturnales romanas. Más tarde, llegará la rosca tal como la conocemos hoy.

  Muchos difieren sobre en qué parte y en qué lugar empezó a cocinarse la tradicional rosca de la actualidad, pero todos la ubican en algún lugar de Italia.

 Sin más, este postre o acompañante para el té, ya sea para religiosos, ateos, judíos, musulmanes, es ideal para disfrutar entre un grupo de amigos, familia, etc. A continuación les ofrezco una receta de una rosca de pascua rellena de chocolate y mermelada de frutilla.

Receta: Rosca de Pascua de mix chocomermeladero 




¿Qué necesitas?
  • -         Harina con levadura (recomendación comprar de las especialmente diseñadas para hacer pan o pizzas para que leude mejor)
  •  1 cucharada de esencia de almendra
  • 20 gramos de levadura seca
  • 130cc de leche descremada
  • 90cc de agua tibia
  •  2 huevos un poco batidos
  • 90 gramos de azúcar impalpable
  • 75 gramos de manteca a temperatura ambiente, cortada en cubitoos.
  •  150 gramos de mermelada de frutilla.
  • 25 gramos de manteca, cortada en finas láminas.
               
¿Cómo la haces?  
                Primero, mezcla la harina con levadura y la levadura seca. Después, agrégale los dos huevos apenas batidos y la esencia de almendra.
                Ahora, incorpórale de a poco, revolviendo siempre, la leche.  Una vez formada una mezcla, no importa que se formen un poco de grumos, agrégale, paulatinamente, el azúcar impalpable y el agua tibia.  Seguramente se te forme un bollo bastante blando, depositarlo en una mesada previamente enharinada.
                Ahora, abrí la masa en la mitad y en el centro deposita la mitad de los cubos de manteca. Amasa hasta que se disuelvan totalmente. Después, incorpórale el resto de los cubos y repetí lo anterior. En caso de que la masa quede demasiado mantecosa y se te pegue a los dedos, agrégale un poquito de harina, entre una y dos cucharas aproximadamente, y termina de formar un bollo liso.
                Cubrí la masa con un repasador y déjalo reposar alrededor de 30 minutos, o hasta que se duplique el volumen de la masa. OJO: si ves que la masa no leuda, algo has hecho mal y lo más probable es que la rosca no salga y tenga gusto a crudo cuando la saques del horno.
                Una vez que leudo, estira la masa formando un cuadrado y deposita  sobre él las láminas de manteca.  Luego, coloca en el medio de punta a punta, el chocolate rallado con cuchillo (para que no quede muy finito) y la mermelada de frutillas.
                Uní los costados formando una especie de arrollado. Pinta la masa con un huevo batido.
 Enmanteca y en harina una placa. En él, coloca el bollo, uniendo los bordes de esta para que te quede en forma circular.
Cocinar durante 30 minutos. OJO: chequea con un cuchillo que la consistencia de la rosca esté cocida, porque el huevo hará que la masa tome color rápidamente aunque por dentro todavía permanezca cruda.
Servir, y si puede ser acompañada de un cafecito o un mate, ¡mucho mejor!  
Me inspire para esta receta en una de Ana D´Onofrio que tiene un blog que me gusta mucho del diario La Nación.



 

Las costumbres de las pascuas, ¿creencia o marketing?

Por Lucía Campanotto

Más que como una cuestión de marketing, la comida pascual parece haber surgido como un castigo o modo de culpabilizar a los fieles por parte de la iglesia Católica Apostólica Romana. Como Cristo murió por culpa de todos, el mínimo sacrificio que deben hacer sus seguidores, es dejar de lado los placeres de la comida en las fechas anteriores a su muerte. Sin embargo, a diferencia de la pascua judía, donde las exigencias culinarias son muy específicas, en el cristianismo se trata de dejar de lado principalmente las carnes, ya sean rojas o blancas, y de comer con austeridad hasta el domingo de resurrección. Durante el período de ayuno los platos principales son el pescado las verduras y los dulces. Antiguamente los huevo y lácteos también estaban prohibidos, pero finalmente la iglesia los aceptó.

Pero entonces, ¿Qué tiene que ver el conejo de pascuas con Jesús?

La adoración al conejo viene desde antes de Cristo, de hecho se relaciona con una diosa pagana que simboliza la fertilidad. Además de eso, se dice que cuando Jesús resucitó de la cueva salió un conejo y de ahí que simbolizaba nuevamente la fertilidad y la continuidad de la vida.

¿Y los huevos de chocolate?

Esta parte del asunto es la más marketinera de todo, ya que las grandes marcas aprovechan la oportunidad para vender, al igual que el resto de las fiestas religiosas cristianas que siempre tienen alguna relación con el comercio para festejar. En este caso la industria chocolatera.


martes, 19 de abril de 2011

Los errores que resultan los mejores cocineros

Por Agustina Quiroga

  Un error suele ser símbolo de fracaso en todas las profesiones, menos en una: la gastronomía. Aquí, un cocinero comete una equivocación y crea una genialidad. El arte culinario se reinventa todo el tiempo gracias a pequeños olvidos cuando se cocina un plato.

Una delicia que apareció de esta forma fue el tradicional brownie americano. Éste surgió en 1897, en Estados Unidos, cuando un cocinero se olvidó de ponerle levadura a una preparación de bizcochuelo de chocolate. A partir de allí, esta masa dulce se ha expandido por todo el mundo y se ha incorporado para todo tipo de postres.

 Algunos lo utilizan para hacer postres con frutillas y helado; otros para hacer tortas cubiertas de dulce de leche y crema (ver receta); también se la usa como “masita” para acompañar con una infusión; otros las cocinan en forma de galletitas; otros las cubren con azúcar impalpable; y hasta se han creado alfajores de torta brownie.

  Cocinar este postre parece difícil, pero no lo es. Si bien, se pueden comprar las pre preparaciones, como las que venden Exquisita o Royal, entre otras, largarse a cocinarlas no es ningún desafío. El secreto estaría por sacar la preparación del horno cuando todavía está húmedo.

 A continuación, compartimos una receta de torta brownie, que está hecha a base de este bizcocho y cubierta con una capa de dulce de leche, y otra de crema chantilly. ¡A atreverse que es fácil! 


Receta de torta brownie
¿Qué necesitas?
Para el brownie:
-Manteca: 150 gramos.
- Chocolate de leche: 300 gramos
-Huevos: 3
-Azúcar: 285 gramos
Para la cobertura:
-Dulce de leche: 200 gramos
-Crema: 300 cc
-Azúcar: 70 gramos

¿Cómo la haces?
        El primer paso es derretir la manteca con el chocolate a baño maría. Luego, dejarlo enfriar unos minutos.
        Por otro lado, en un bowl batir los huevos con el azúcar a blanco, es decir, hasta que tomen un cierto volumen espumoso de color casi blanco.
        Unir ambas mezclas, es decir, la de chocolate con manteca y la de los huevos y el azúcar.
        A esta preparación agrégale la harina, previamente tamizada.
        Hornear durante 30-40 minutos a 200°C, o cuando al pinchar el contenido con un cuchillo salga casi limpio, pero no totalmente. Retirar del horno y dejar que se enfríe en el molde.
        Desmoldar la torta y cubrir con dulce de leche toda la superficie. Dejar enfriar.
        Mientras tanto, en un bowl batir la crema con el azúcar hasta que tome consistencia, es decir, hasta que prácticamente se formen texturas con la batidora.
 Cubrir la torta con esta mezcla, formando picos con la cuchara. ¿Cómo?  Aplastando la cuchara contra la crema, y levantándola suavemente hacia arriba.
Opcional: rallar chocolate negro arriba para decorar.
        Y ahora ¡servila!