Por Ana Carolina Palacios
El paradisíaco restorán de Playa Brava estuvo abierto todos los días hasta Semana Santa, pero a partir del 29 de abril sus puertas estarán abiertas únicamente los viernes, sábados y domingos.
Sobre un médano con vista al mar, se impone el Parador La Huella. Una fascinante propuesta de Martín Pittaluga y Guzmán Artageveitía que combina la sencillez y el estilo propio.
Rodeado de buena música, velas y aromas, se puede disfrutar de un ambiente cálido inmerso en un paisaje hipnotizante.
¿El menú? Para muchos, simple. Sin embargo, nadie puede negar que se trata de comida fresca y de calidad. Los platos incursionan por pizzetas, parrilla, verduras, sushi y pesca del día. Y resultan imperdibles las comidas hechas al horno de barro.
La Sushiwoman, Alejandra Weisman, confiesa que para lograr un buen sushi el secreto está en el arroz, en no dejar que pierda la temperatura, en buscar la variedad de pescados, no sólo utilizar salmón, y en ponerle toques de hierbas como coriandro, eneldo, cilantro, o jengibre picado, ralladura de limón o alguna fruta. Asimismo, todas las piezas tienen wasabi, si no “es como comer pollo al curry y que no tenga curry”, dice Alejandra.
Otra cosa que no se puede dejar de probar es el volcán de dulce de leche, que puede ir acompañado de un rico café o, para los gustosos del buen beber, de un trago frutal. Hay caipiroscas, daiquiris y mojitos, además de una variada carta de vinos.
La Huella cada vez le gana más metros a la playa, ya que cada vez más son las personas que elijen este lugar para deleitar de una reunión de amigos, de negocios o en familia. Es preferido por figuras a nivel nacional e internacional. Es por ello que sería prudente realizar una reserva telefónica antes de ir, para no esperar largo tiempo en la entrada.
Un lugar lindo, donde comer rico y lo mejor: atendido por sus dueños.