Un poco de ruido… Un poco de bullicio… ¡Pero con la comida todo está justificado!
Cumaná es un restaurante ubicado en Recoleta que nació con la idea de poder comer afuera pero como en tu propia casa.
La cocina es regional y hay una interesante variedad de platos: batatas con choclo cremoso, miel y nueces; mondongo; pizzas de campo; locro; empanadas; arroz saltado con hongos y queso fundido; papas rellenas de queso y panceta, tamales, entro otros.
A veces la atención es un poco aletargada y además, como siempre está concurrido y no toman reservas, en muchas ocasiones hay que esperar en la calle.
El clima es bastante alegre, en general se va en pareja o con amigos. ¡Si sos mujer el señor de seguridad ata tu cartera a la silla! No sea cosa que alguien se la lleve por equivocación, ya que las mesas están bastante pegaditas entre sí, incluso a veces, pareciera que fuiste con el que está comiendo al lado…
Mientras uno elige qué va a pedir, puede disfrutar de un exquisito pan ¡casero! Eso apacigua todas las ansias de que traigan la comida que uno ve pasar en manos de la moza hacia una mesa vecina. Y si tarda mucho la comida, ¡tenés la posibilidad de dibujar la mesa! Qué está cubierta con papel de embalaje que se puede pintar con los crayones que hay en cada una de las mesas.
Cumaná es un restaurante ubicado en Recoleta que nació con la idea de poder comer afuera pero como en tu propia casa.
La cocina es regional y hay una interesante variedad de platos: batatas con choclo cremoso, miel y nueces; mondongo; pizzas de campo; locro; empanadas; arroz saltado con hongos y queso fundido; papas rellenas de queso y panceta, tamales, entro otros.
A veces la atención es un poco aletargada y además, como siempre está concurrido y no toman reservas, en muchas ocasiones hay que esperar en la calle.
El clima es bastante alegre, en general se va en pareja o con amigos. ¡Si sos mujer el señor de seguridad ata tu cartera a la silla! No sea cosa que alguien se la lleve por equivocación, ya que las mesas están bastante pegaditas entre sí, incluso a veces, pareciera que fuiste con el que está comiendo al lado…
Mientras uno elige qué va a pedir, puede disfrutar de un exquisito pan ¡casero! Eso apacigua todas las ansias de que traigan la comida que uno ve pasar en manos de la moza hacia una mesa vecina. Y si tarda mucho la comida, ¡tenés la posibilidad de dibujar la mesa! Qué está cubierta con papel de embalaje que se puede pintar con los crayones que hay en cada una de las mesas.
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